El crecimiento en la organización del trabajo debe ser paralelo al incremento en las competencias humanas de los trabajadores. Este es un recurso vital para que el progreso sea sostenible. Formar personas no sólo se orienta al desarrollo de habilidades técnicas o de conocimientos específicos; también se fundamenta en el desarrollo de habilidades psicosociales que le permiten al trabajador establecer una mejor relación consigo mismo y con el mundo dentro de contextos de trabajo cada vez más desafiantes y competitivos. Las personas son el insumo vital y el eje de transformación de las organizaciones modernas. Preservar su salud y bienestar es un principio estratégico dentro de la administración contemporánea. Implementamos procesos de formación de competencias integrales que le permiten a cada trabajador desarrollar mejores capacidades para cuidar su salud y responder de forma adaptativa ante las situaciones de tensión de su vida y del trabajo en particular.